Lo que debe saber un buen escritor cristiano

por Elisabeth F. de Isáis (1925-2012)

Contenido

1. El escritor y la Biblia

2. Los nueve distintos medios

3. Consejos generales

4. Repetición

5. Limpiemos los adverbios

6. Planeando el artículo

7. Sugerencias para escribir ficción

8. Cómo editar

9. Ejemplos para corregir

Conclusión


1. El escritor y la Biblia

Muchos escritores cristianos no se dan cuenta de la importancia de leer y estudiar la Biblia. Este libro sagrado trae ejemplos de todo tipo de obras: historia, leyes, narrativa, cartas, poesía, drama, canto, biografía, cuentos y profecía. La ortografía es correcta, la redacción pulida, la puntuación buena y el contenido variado y valioso. El lector de la Biblia siempre hallará algo útil, provechoso y de reto práctico para la vida.

Cuando un escritor cristiano comete muchos errores, estoy tentada a pensar: “¡Creo que no lee mucho su Biblia!”.

Me encanta usar la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10:30-35) como buen ejemplo de un escrito. Contiene solo unas 125 palabras en la versión Reina-Valera 1960, pero es muy conocida. Ni una palabra es innecesaria. La selección de verbos es extraordinaria: “Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó” revela que desde el Monte Sión uno en realidad desciende a Jericó, que hoy en día es la ciudad más baja del mundo, debajo del nivel del mar. 

Dice también: “Cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron, e hiriéndole. . .” No hace falta más explicación. El verbo despojar implica que lo golpearon con fuerza, le robaron hasta el último centavo, lo maltrataron de mil maneras. Es muy gráfico. ¿Verdad que uno se imagina muchas cosas con un solo verbo?

La Biblia habla de la importancia de poner las cosas por escrito. Job, probablemente el escritor más antiguo de todos, clamó: “¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro; que con cincel de hierro y con plomo fuesen esculpidas en piedra para siempre!” (Job 19:23-24). Me encanta su pasión por la palabra escrita.

Es obvio que Dios ve la importancia estratégica de poner sus palabras en forma escrita. Es la única posibilidad de dejarlas de manera permanente; por eso el Señor escogió este método para dejarnos su mensaje, que en verdad es de vida o muerte. Por otro lado, no debemos menospreciar lo sagrado y estratégico de lo escrito, haciéndolo mal. ¡Hagamos siempre todo con la mayor calidad posible!

Varios textos son claves para el escritor. Los primeros cuatro versículos del Evangelio de Lucas nos enseñan cómo produjo un libro tan maravilloso:

“Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas (1), tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos (2), y fueron ministros de la palabra, me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia (2) todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden (3), oh excelentísimo Teófilo, para que conozcas bien la verdad (4) de las cosas en las cuales has sido instruido”.

Aquí observamos muchos detalles importantes. 

  • Lucas está seguro de su información; lo cree totalmente porque dice que es “ciertísima”.

  • Ha investigado con cuidado y de parte de testigos oculares y confiables; ¡nada de segunda mano!

  • Ha recopilado los datos y después los ha ordenado con todo cuidado.

  • Está muy claro que el objetivo de su escrito es informar muy bien a “Teófilo” (no sabemos bien quién era este varón) para convencerlo de la “verdad”. ¡Un vital detalle!

Otro escritor bíblico que nos especifica su objetivo es el apóstol Juan, quien aclara: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30-31).

¡Qué importante es tener claro nuestro propósito! Juan escogió su material para presentar a sus lectores la gran verdad de Jesús y la promesa de vida eterna.

También debemos escribir con cierta chispa. Dice Colosenses 4:6: “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”. Evitemos ser aburridos. Una cocinera sazona bien sus platillos; un buen escritor también.

La Biblia nos da ejemplos de metáforas y figuras que dan vida a los escritos. Por ejemplo, el Salmo 144 declara que Dios es una roca y una fortaleza, un castillo, nuestro libertador y escudo. ¡Pero en realidad sabemos que Dios es espíritu! El Salmo 128:3 afirma: “Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa, tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa”. En Lucas 13:20-21 dice Jesús: “¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado”. 

Lo que yo llamo la fórmula bíblica para el escritor, es Eclesiastés 12:10: “Procuró el Predicador hallar palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad”. Habla de cómo el autor del libro buscaba la palabra perfecta en cada caso, que fuera interesante (nada de frases raras o presumidas), expresada de manera correcta y acerca de temas verdaderos. Que en esencia hable del Evangelio y el mensaje de salvación. Un excelente ejemplo.

Como cualquier cristiano sabe, la Biblia es Palabra de Dios; en múltiples pasajes Él dice lo que debemos de hacer y cómo. Dios pidió a Moisés que escribiera el Pentateuco, y además Él mismo anotó los Diez Mandamientos la primera vez con su propia mano. En Apocalipsis tanto al principio como al final, ordena al apóstol Juan: “Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete Iglesias. . .” (1:11b) y “Me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas” (21:5b).

La palabra escrita fue importante para los salmistas, como lo dice el Salmo 145:6: “Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza”. 

2. Los nueve distintos medios

  • La noticia tiene como propósito, informar. Se escribe en tercera persona singular y no expresa la opinión del escritor. Debe contestar las preguntas qué, quién, dónde, cuándo, cómo y por qué. Nunca empieza con “cuándo”. Se construye como una pirámide invertida con lo más importante al principio.

  • El editorial es para que los lectores reflexionen. No es igual a un devocional, sino que trata de algún problema o situación que requiere consideración o cambio. Se escribe en primera persona plural. Plantea un problema, amplía la información y recomienda la acción a tomar (fórmula PAR). Es la postura oficial del medio de comunicación. No lleva firma.

  • La entrevista o reportaje es para informar, y es opcional la persona en que se escribe. Aunque en algunos casos se usan preguntas y respuestas (cuando es una persona o tema muy importante), es mejor redactarlo.

  • El boletín es para informar y promover. Es opcional cómo se escribe. Se recomienda que el boletín de la Iglesia incluya noticias personales y muchos nombres.

  • La carta circular es también para informar y promover. Puede incluir algo de inspiración, noticias personales y del ministerio, peticiones de oración y la firma.

  • Un poster o cartel promocional es asimismo para promover e informar. Enfatiza un solo asunto, es atractivo a la vista y contiene toda la información importante.

  • El artículo es para informar y para entretener. Se escribe en primera o tercera persona, sin cambiar el punto de vista. La fórmula: Introducción, convencimiento, vistazo, de dos a veinte puntos con sus ejemplos e ilustraciones, conclusión breve.

  • El cuento es para distraer, divertir, hacer reflexionar. Debe tener un solo tiempo, un solo personaje central, un problema principal. Añadir elementos del conflicto central hasta llegar al clímax y un breve desenlace.

  • La novela puede abarcar mucho tiempo, muchos personajes, varios problemas o conflictos. Todo se resuelve al final.

Los últimos dos medios, están basados en la verdad pero no necesariamente en datos específicos.

3. Consejos generales

  • Escribir mucho. Y leer más.

  • Estudiar bien el medio donde queremos publicar el escrito. ¿Qué tipo de contenido les interesa? ¿Cuántas palabras aceptan? ¿Qué temas han publicado en fechas recientes para trabajar algo diferente?

  • Escoger un tema fresco o distinto.

  • Eliminar las partes que se desvían del tema principal.

  • Corregir cada detalle con mucho cuidado. El objetivo es la perfección.

  • Reducir al mínimo los adjetivos.

  • Checar y aclarar dudas con ayuda de un buen diccionario, el mejor aliado. Tener siempre a la mano (en libro o en la computadora) diccionarios de sinónimos, antónimos y conjugación de verbos, entre otros. El sitio de la Real Academia de la Lengua Española (rae.es) es una excelente herramienta.

  • No iniciar el escrito con una fecha, sino con algo llamativo o interesante.

  • En la mayoría de las publicaciones, números menores de cien se escriben con letra, excepto fechas, direcciones u horarios.

  • No usar palabras en otros idiomas excepto en muy raros casos. Ponerlas en cursiva.

  • Para expresar mucho entusiasmo, resistir la tentación de poner varias admiraciones (¡¡!!!).

  • Si se va a entregar el manuscrito impreso debe presentarse en papel blanco o crema, por un solo lado y a doble espacio. Con tipo de letra Times New Roman, tamaño 12. En la esquina superior izquierda anotar: Nombre completo, dirección de correo electrónico, teléfono fijo y/o celular. Después de los datos, dejando un par de espacios, anotar el título del escrito centrado en la línea. Numerar cada página. Poner en cada página en la esquina superior izquierda, el título del escrito.

  • Cuidar mucho los acentos y toda la puntuación. Algunos ejercicios:

  • No te desesperes toma este te.

  • Si me casare contigo si me amas.

  • No se quedo en España pero se que regresara.

  • Evitar decir “hay”. Por ejemplo: “Hay muchas niñas que quieren ir al paseo”. Es mejor: “Muchas niñas quieren ir al paseo”.

  • Usar párrafos cortos, evitando los largos, pues hacen la lectura más difícil.

  • Escoger ejemplos e ilustraciones de la vida real, de interés humano, para hacer la lectura más interesante.

  • Cuidar que todos los verbos estén en la misma persona y el mismo tiempo.

  • Evitar el vocabulario "religioso".

  • Para la revisión final del trabajo, leerlo en voz alta.

  • Captar la atención del lector desde el principio, o quizá no leerá su escrito.

  • Evitar rimas o poesías accidentales; son muy desagradables en medio de la prosa.

  • No usar comillas en el título del artículo.

  • Las preguntas básicas para el escritor son:

  • ¿Qué sucedió?

  • ¿Quiénes participaron?

  • ¿Cuándo ocurrió?

  • ¿Dónde ocurrió?

  • ¿Cuáles fueron las causas?

  • ¿Cómo sucedió?

  • Pensar en Proverbios 25:11: “Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene”. Es importante escribir de manera “conveniente”.

  • Guardar un cuaderno de buenas frases, expresiones originales, ideas para artículos o para cuentos e incidentes simpáticos. Servirá como semillero de material.

  • El escrito debe aportar algo interesante o importante al lector.

  • Buscar que el efecto general sea agradable, entendible, claro, positivo, de impacto.

  • Evitar verbos dobles, por ejemplo: “Voy a ir al mercado”, debe ser sencillamente: “Voy al mercado”. Los verbos “poder”, “hacer” y “tener” son los que se usan con más frecuencia. Por ejemplo: en lugar de “hacer comida”, es mejor escribir “cocinar”; en vez de “hacer remiendos” es mejor “remendar”; “hacer la carta” se puede cambiar por “escribir la carta”.

  • Recordar que el uso del punto final en español, es diferente al del inglés. Siempre se coloca al final de la oración, después de cerrar paréntesis o comillas. No se pone punto después de las interrogaciones o admiraciones.

4. Repetición

Quizá uno de los errores más comunes es la repetición de la misma palabra. Por ejemplo, el verbo tener es usado en exceso: “Tengo una computadora que es una maravilla. ¡De veras! Tiene más talentos que muchas personas; parece tener un cerebro casi humano”. ¿Cuántas veces se encuentra la palabra “tener” en alguna forma? Sí, el mismo verbo aparece tres veces en tan poquitas palabras. Es mejor usar un sinónimo en cada caso.

También exageramos el uso de “poner”, “poder” y “hacer”.

Una vez tuve el privilegio de escuchar a una autora cuyo libro alcanzó muchísimo éxito; además de una enorme venta, se hizo una obra de teatro en Broadway y una película de Hollywood. Ella nos compartió: “La editorial y los editores me prohibieron repetir una sola palabra (excepto artículos) en cada página”. ¡Es un reto pero ayuda grandemente al estilo del escritor!

No es sabio usar expresiones muy rebuscadas, sino variar nuestro lenguaje. Debemos emplear un vocabulario fresco, original, interesante, siempre relevante y apropiado.

Es bueno cambiar la extensión de los párrafos y las oraciones, a veces muy cortos, otras veces más largos o medianos. Cuando se trata de diálogos, que siempre son atractivos, debe separarse cada locución en un párrafo aparte. 

No temamos a los editores. Sus críticas y correcciones mejorarán el trabajo aunque uno como autor crea que es una obra perfecta. 

Evitemos usar frases como “gracias a Dios”, “hermanos”, etcétera. También palabras técnicas, trilladas o extranjerismos. Procuremos ser específicos con los datos. 

Nunca empecemos un párrafo o una oración con minúscula. Si es un número, no es correcto ponerlo en cifra; siempre se requieren letras para iniciar. 

Es preferible usar la voz activa en lugar de la voz pasiva. Por ejemplo: “La pelota fue bateada por Juan” está mal. Es mucho mejor decir: “Juan bateó la pelota”.

5. Limpiemos los adverbios

El escritor latinoamericano más famoso de nuestros tiempos es el colombiano Gabriel García Márquez. Una de sus reglas es evitar los adverbios de “mente”.

Algunos escritos de autores cristianos lo exageran. En un libro de una editorial importante, hallé los siguientes ejemplos: 

“La histerectomía sería mi cuarta operación quirúrgica escasamente en dos años, y era la quinta vez que estaría hospitalizada. Simplemente estaba completamente cansada”; “Personalmente, entendí que David había oído al Señor correctamente”; “Estoy convencido de que ahora usted está físicamente sana. Pero también estoy igualmente convencido de que usted tendrá algo de lucha con sus emociones”.

Hallé ocho ejemplos parecidos en una lectura superficial. ¡Un terrible trabajo de edición! Es mejor seguir la regla del Premio Nobel Gabriel García Márquez. 

6. Planeando el artículo

El tipo de escrito ideal para el principiante es el artículo. Recomiendo la siguiente fórmula que es muy sencilla y siempre sale bien. (Debe incluir asuntos de interés humano).

En primer lugar, por supuesto, se necesita una idea básica. ¿Cuál será el tema? Debe ser algo que el autor conozca a fondo o que pueda investigar profundamente. Planeemos y analicemos los puntos que podamos incluir y organicémoslos; cada punto necesita una ilustración. 

Pensemos en la introducción: una anécdota, una declaración sorprendente, un gancho histórico u otra entrada que atraiga a los lectores. Planeemos un final sorprendente y breve; no debemos repetir los puntos porque es un escrito, no un discurso oral. Después de la introducción es bueno decir algo que indique que el tema es importante o que el escritor es capaz de escribir sobre dicho asunto.

Así va el bosquejo:

  • Entrada.

  • Convencimiento (probablemente breve).

  • Vistazo (una sencilla oración que indique cuántos puntos tendrá, sin introducirlos).

  • Puntos (de dos a veinte, opcional, según el tema). Muy importante: Cada punto debe incluir una ilustración.

  • Final breve.

Muchos novatos escriben en tercera persona pero cambian al final y le “predican” al lector. Esto está prohibido. Se puede redactar todo en primera o tercera persona, pero no se permite entonces ir a la segunda persona.

Por otro lado, algunas personas han estudiado la homilética y quieren seguir las mismas reglas al escribir, pero no es lo mismo un discurso oral que algo impreso. Los sermones tienen sus técnicas y los artículos tienen otras. ¡Cuidado!

En el texto busquemos frases que satisfagan la curiosidad del lector e incluyan la respuesta a todas las preguntas: qué, quién, dónde, cuándo, cómo, por qué y para qué, según el caso. Recordemos que se necesitan tres cosas para escribir bien: esfuerzo, estilo y edición. En otras palabras: ciencia, curiosidad y creatividad.

7. Sugerencias para escribir ficción

Muchos desean producir ficción; es un medio muy popular. Obviamente requiere gran creatividad y una trama que sea atractiva y capte la curiosidad de los lectores, con un estilo único. He aquí unos consejos elementales:

  • Para los nombres de los personajes, escoger unos que sean fáciles de distinguir, recordar o pronunciar. De preferencia no deben empezar con la misma letra.

  • Incluir mucho diálogo, pero diálogo significativo, no cosas triviales como “Hola, ¿cómo te va?” o “¿Qué tal?”.

  • Si es una novela, incluir varios personajes importantes, varios conflictos y largo tiempo. Si es un cuento, mejor un solo personaje principal, un solo conflicto y un corto tiempo. Los conflictos deben incluir varias complicaciones en ambos casos porque son los que mantienen el interés.

  • Añadir una pizca de sal y de sazón, pero nada de sarcasmo.

  • Esforzarse para dominar la gramática. Un editor no perdonará un error de gramática o de sintaxis.

  • Viajar mucho, sobre todo a los lugares que se describen, y guardar un diario. Será utilísimo.

  • Estudiar siempre historia, geografía, política, literatura. Aprender cada día.

  • Procurar escribir a horas regulares cada día.

  • Al terminar, dejar descansar el escrito algunos días, para revisarlo cuando esté “frío”.

  • Recordar que todos los buenos escritores empezaron frente a un papel en blanco.

  • Considerar que el editor es su amigo, no un enemigo. Ambos tienen la misma meta: que mucha gente se goce leyendo el escrito.

  • Trabajar aunque no se esté inspirado.

Un famoso novelista, George Orwell, autor de la novela futurista titulada 1984 (escrita en 1949), tenía seis reglas para sus escritos:

    • Nunca usar una metáfora, símil u otra figura si es común.

    • Nunca usar una palabra larga si se puede hallar una corta (a menos que sea demasiado común).

    • Siempre eliminar las palabras que se pueden eliminar.

    • Nunca usar la voz pasiva del verbo, si es posible usar la voz activa.

    • Nunca usar una palabra extranjera, científica o callejera, si existe una palabra común con el significado deseado.

    • Romper cualquiera de estas reglas, pero nunca expresar una barbaridad.

8. Cómo editar

Antes de hacer cambios o correcciones, leamos el escrito dos o tres veces. ¿Está organizado de manera lógica? ¿Ciertas partes son demasiado largas? ¿Cada parte contribuye a la idea central? Eliminemos lo que no es idóneo.

Añadamos palabras de transición donde hacen falta. ¿Se mantiene el mismo punto de vista (la misma persona gramatical) a lo largo del texto? ¿El mismo tiempo de los verbos? 

Busquemos errores de gramática, puntuación, ortografía o palabras que podrían mejorarse. Revisemos los nombres de personas o lugares. Las citas bíblicas, ¿son correctas? ¿Qué tal las mayúsculas y minúsculas?

Insertemos subtítulos si el manuscrito es largo, mínimo dos o tres (a menos que sea ficción).

Mejoremos la entrada si hace falta.

Volvamos a leerlo al otro día. ¿Es bueno y positivo el mensaje? Los temas deprimentes no son recomendables.

¡Aceptemos las recomendaciones del editor!


9. Ejemplos para corregir

He copiado los siguientes escritos de una revista cristiana publicada en México en 2012, pero están bastante mal editados. Servirán para practicar las correcciones:

LO QUE DIOS A PROMETIDO  Dios no ha prometido, cielos siempre azules, sendas cubiertas de florees durante toda nuestra vida Dios no ha prometido sol sin lluvia, gozo sin tristeza, paz sin dolor, pero Dios si ha prometido fuerzas para el día, luz en el camino, gracias para las pruebas ayuda de lo alto, compasión constante, amor sin haz lo que sabes puedes hacer hoy… y luego confía en Dios para que EL haga lo que no puedes hacer

SABIDURÍA INDIGENA  un viejo cacique de una tribu estaba charlando con sus nietos acerca de la vida, el les dijo: “una gran pelea esta ocurriendo dentro de mi”!! Es entre dos lobos uno de los lobos, es maldad, ira temor, envidia, dolor, vanidad arrogancia, resentimiento, mentira, orgullo, egolatría, superioridad.

El otro es: bondad, amor, alegría, paz serenidad, dulzura, amistad generosidad, verdad, compasión, paz, fe, “esta misma pelea esta ocurriendo dentro de ustedes, y dentro de todos los seres de la tierra, los niños se quedaron pensando por un momento. Y uno de ellos pregunto a su abuelo ¿y cual de los dos lobos crees que ganara? El viejo cacique respondió. Simplemente ¡! El que alimentes mas!!

APRENDIENDO A ENVEJECER  Cuida tu presentación, todos los días arréglate como si fueras a una fiesta mantén vivo tu amor por la vida sala a la calle, o al campo de paseo el agua estancada se pudre, y la maquina inmóvil se enmohece ama el ejercicio físico, como a ti misma, un rato de gimnasia, una caminata razonable dentro o fuera de casa, acéptate con dignidad, cabizbaja, la espalda encorvada, los pies arrastrando, ¡¡NO!! Que alguien te diga un piropo cuando pases, habla de tu edad con orgullo y respeto, nadie quiere oír historia de hospitales o enfermedades, deja de llamarte vieja, y considerarte enferma, cultiva el optimismo sobre todas las cosas, de buen humor en la palabra, alegre de rostro, amable en los ademanes, se tiene la edad que se ejerce, la vejez no es cuestión de años, sino de ánimo, trabaja con tus manos y tu mente.

Conclusión

Espero que todas estas sugerencias no desanimen a nadie. Lo que se busca siempre es algo original, fresco, diferente, que haga que los lectores se gocen y respiren hondo. Leerlo debe ser una rica experiencia.

Todavía hace muchísima falta escribir. Decimos lo mismo que el apóstol Juan: “Hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir” (21:25). Jesús sigue actuando hoy; estemos receptivos a sus obras.

¡Aceptemos el reto!



ISBN edición en papel: 978-607-95609-9-7

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